segunda amanecida en Francia, N. Folch |
La nieve vuela con pretensión de gallo,
se expone con aire de muerta
junto a los cristales que corren
la mujer que reflejan
¡Oh bien! Un día de pobre gracia :
el café entra perdido
y la luz es una manera de ver las cosas.
La mujer vaporosa levanta mis carnes
revueltas en su sopa.
Al mismo tiempo
los mudos nacimientos
en hospitales con camas despintadas y baratas.
Despeinada me abraza,
congelada choca y se hace agua
como noche desplumada.
Yo la beso cayendo muy despacio
en las migajas del pan tibio.
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