dimanche, novembre 09, 2014

Domingo Personal (fragmento)


reunion en Les Assassins, N. Folch



Era la época del personal stéreo y de la radio cassette. Tiempos no muy lejanos, pero pretéritos, con olor a grasa en mecanismos con poleas para las máquinas, hechas para ser reparadas en caso de desperfecto y con una vida prolongada si se pagaba consecuentemente algo de calidad. Conocía a pocos que podían darse el lujo aún de pasearse por ahí con un personal stereo. Marco, vecino del barrio, era uno de ellos y esa tarde de domingo habíamos acordado reunirnos detrás del Museo de Bellas Artes, para fumar marihuana y escuchar música. La vista por el largo y profundo paseo hacia los barrios bajos de la ciudad, nos daba pretextos suficientes para encaminarnos hacia ellos si deseabamos estirar las piernas. También, ese lugar, nos ofrecía la posibilidad de observar un poco de naturaleza. Cierto, aún hoy ese parque es un verdor mal entretenido, pero algo es algo cuando no se cuenta con cerros o quebradas salvajes donde ir a tirar piedras y reposar. Los domingos eran ideales para escaparse lejos, siguiendo el humo cuando había algo que fumar. A veces terminabamos refugiados en casa de algún amigo, de preferencia al que su familia hubiese dejado solo. Me senté en las escaleras del museo. Algunas hojas secas estaban ahí a mi lado, como dibujos hechos durante la noche anterior que comenzaban a borrarse con la blanca luz del sol sobre las blancas lozas de marmol.

1 commentaire:

Anonyme a dit…

ese parque forestal sigue mas o menos igual... con un poco de basura.. con pendejos malabareando todo tipo de plásticos...y por las noches... una que otra putita sentada en las piernas de un pinguino electrico