subpekin, N. Folch |
Fuiste y eres y serás por muchos muchos siglos
el cascarón desmoronamiedo
a las invasiones
de aquellos que te escriben
arriba de autos más grandes que tus barrigones
barrios
grafía de alarmas
de colores y aullidos.
Un cielo cobalto sondea
las cabezas de los monjes en los templos
sábanas estrechas rezan
y la deserción posee tracción en sus cuatro ruedas,
las calles se llenan hasta congestionar el corazón.
Dijiste a los poetas
carajo y
requetecontra carajo
Pero ellos ríen de palabras tan viejas,
gustan depiladas torres
caen hielos de labios declamadores.
El cascarón amarillento
pende de un hilo.
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